Cuando hablamos de inclusión, no son muchas las organizaciones que tienen en cuenta
la importancia de sumar personas socioeconómicamente vulnerables a sus equipos de
trabajo. En general, esta problemática es abordada desde los programas
responsabilidad social de las compañías, mediante alianzas con el sector social e
inversión comunitaria, pero pocas veces se incluye activamente a esta población en los
propios equipos de trabajo.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que la inclusión de personas
socioeconómicamente vulnerables en el ámbito laboral no solo genera un impacto
positivo en la vida de esta población, sino que resulta fundamental para la
construcción de sociedades más equitativas, justas y diversas. Sin dudas, las
oportunidades laborales brindan la posibilidad tanto de derribar barreras y prejuicios,
como de superar desigualdades estructurales.
Asimismo, esta población puede aportar una ventaja competitiva para las
organizaciones: desde resiliencia y capacidad de superación hasta un conocimiento
profundo de las realidades y desafíos que enfrentan las comunidades en situación de
vulnerabilidad, lo que les permitirá contribuir con nuevas ideas, promover la
creatividad en los equipos de trabajo y enriquecer la toma de decisiones.
